sábado, 25 de marzo de 2017

Breves apuntes para una historia del Peronismo: Conclusiones y Reflexiones finales


“¡Creer! He allí toda la magia de la vida”.
Raúl Scalabrini Ortiz.

“Cuando culmine el proceso revolucionario argen­tino, se iluminará el aporte de cada episodio y ningún esfuerzo será en vano, ningún sacrificio estéril, y el éxito final redimirá todas las frustraciones.”
John William Cooke.

Escribe: Alejandro Gonzalo García Garro

La salida del modelo neoliberal

Acerca de la historia reciente, de la que somos parte, es bueno hacer algunas precesiones. Como dijimos en dos capítulos anteriores, las consecuencias del golpe del 24 de marzo se mantuvieron más allá de su vigencia y condicionaron la política nacional durante más de dos décadas.

Porque la dictadura militar no se instaló sólo para torturar y matar gente, sino para posibilitar una transferencia masiva de riquezas hacia los núcleos más concentrados de la economía, quienes se apropiaron además de buena parte de los negocios relacionados con el Estado.

Los responsables externos fueron los gobiernos de los países centrales y sus mandatarios instalados en los organismos financieros internacionales, particularmente el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, instigadores de estas políticas neoliberales que durante décadas mostraron al endeudamiento y el consecuente ajuste como virtudes.

Con el retorno a la democracia, ni Raúl Alfonsín, que administró "el modelo", ni Carlos Menem, que lo profundizó, modificaron el cuadro en lo esencial.

El alfonsinismo no supo, no quiso o no pudo y cayó por la crisis que desató con la hiperinflación. Menem se montó en la ola neoliberal aumentando la deuda hacia fuera y hacia adentro a costa del empobrecimiento de millones de argentinos. Y dentro de ese marco, como no hay política posible a favor del campo popular, De la Rúa-Álvarez precipitaron el agotamiento del plan de convertibilidad y llevaron al país a la catástrofe.

El proyecto de "miseria planificada" que Rodolfo Walsh denunciaba en 1977 fue hegemónico desde 1976 a 2001. Las luchas populares que culminaron en el estallido popular de diciembre del 2001 marcaron un punto de inflexión.

Lo que vino después fue el inevitable default de Adolfo Rodríguez Saá y la "tarea de bombero" de Eduardo Duhalde.

Kirchner y la reconstrucción del Proyecto Nacional

El gobierno de Néstor Kirchner, un sobreviviente de la generación del 70, encendió una luz de esperanza, prometiendo revertir esta situación.

El ex presidente restauró el principio de autoridad ante una sociedad fragmentada y descreída por tanta hipocresía y sumisión, se pronunció clara y enérgicamente contra la impunidad y la violación de DD HH, colocó a nuestro país en un lugar más digno ante el mundo, privilegiando el alineamiento internacional con países hermanos de Latinoamérica y se manifestó, tanto en el discurso como en los hechos, en contra de los pilares en los que se asentó el modelo neoliberal, especialmente en lo referente a la deuda externa.

El crecimiento económico, la reactivación industrial y la recomposición del tejido social fueron señales alentadoras. Del mismo modo que la renovada confianza del pueblo en la política, recuperación de las herramientas reguladoras del trabajo como los convenios colectivos y las reformas estructurales que se esbozan en la salud y la educación son indicios claros de un mejor futuro.

Después vienen los gobiernos de Cristina, con grandes obras para resaltar, la derrota de Daniel Scioli, el triunfo de Macri y demás hechos que forman parte de un presente reciente, conocido por todos y que no pretenden ser abordados por este cuaderno.

Aprender de nuestra historia

Como dijimos, hoy vivimos tiempos de preocupaciones por el presente político nacional pero cobijamos siempre renovadas esperanzas. Como generación creemos que un futuro mejor es posible. Pero el mismo no es una fatalidad inexorable.

Han pasado más de 70 años y el recuerdo de tiempos aciagos de estridente resistencia y de días felices debe tener el valor de una lección histórica. Principalmente para que nunca más se reiteren los tiempos de injusticia, odio y desprecio que costaron tanto dolor, porque la memoria no es sólo recordar el pasado, sino el requisito básico para construir el futuro.

Pero llevar adelante el proyecto nacional no es responsabilidad de una sola persona. Los desafíos que se avecinan no dependen ni siquiera de toda la dirigencia peronista de la Argentina. El futuro depende de todos nosotros.

Es nuestra misión, como militantes peronistas, junto a todos los sectores nacionales y populares que luchamos por una patria justa, libre y soberana.

Como peronistas debemos recrear, por la militancia y la memoria, el lazo entre las luchas de ayer y las que hoy emprendemos, porque las penas, los sacrificios y la lucha son la experiencia acumulada que nos permite abandonar ciertas hipótesis y tomar o retomar otras nuevas para cumplir con las demandas populares.

Hasta Siempre

Sin otra finalidad que esta es que esperamos que estos “Apuntes para una historia del Peronismo” sean de utilidad para los lectores; que la lectura de los mismos y de los documentos adjuntados sean futuros instrumentos para la reflexión y la comprensión del Peronismo en su dimensión histórica.


Que puedan despertar en el lector esa pasión por el conocimiento histórico de este movimiento, que con sus derrotas y victorias, errores y aciertos, conduce, desde hace más de 70 años, la larga marcha del pueblo argentino hacia su liberación.

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