sábado, 25 de marzo de 2017

Breves apuntes para una historia del Peronismo. Capítulo V: De Cámpora al Golpe del 76

“La idea estratégica de unir, organizar y dividir al pueblo por el empleo de la lucha armada, renunciando o despreciando la actividad que permita establecer un mínimo de vanguardia o, lo que es lo mismo, de organización política, constituye imponerse desde el comienzo una limitación suicida para el propio desarrollo, bajo la amenaza de ser aislado y derrotado en la intención”.
Gustavo Rearte.

“Entre la sangre y el tiempo, prefiero el tiempo”.
Juan Perón.

Escribe: Alejandro Gonzalo García Garro. 

Tiempos acelerados

Refiriéndose a esta etapa histórica, el escritor Martín Caparrós escribió una vez: el futuro era la justificación de todo lo que hacíamos pero muchos teníamos la confusa sensación de que viviríamos para siempre en un presente continuo, hecho de continuas marchas, contramarchas, enfrentamientos, treguas, maniobras y triunfos”.

Y seguramente fue así para muchísimos militantes, porque esta etapa del peronismo, que va desde 1973 hasta el Golpe Militar del 76 se caracteriza por la increíble cantidad de hechos que se suceden ininterrumpida y rápidamente, dando la sensación, de que la política estaba “acelerada”.

Por esta razón a continuación haremos una crónica que contiene los hechos y las lecturas más relevantes, de carácter político e institucional que marcaron esos tres vertiginosos años de la historia Argentina.

“Cámpora al gobierno, Perón al Poder”

El 11 de Marzo de 1973 gana las elecciones por amplio margen la fórmula Cámpora – Solano Lima. Cámpora asume la presidencia el día 25 de mayo de 1973 en el marco de una gran manifestación popular que impide el desfile protocolar de las Fuerzas Armadas. “Cámpora al gobierno, Perón al Poder” marcó el cambio favorable en las relaciones de fuerzas existente en el país, que se había gestado durante largos años de opresión y resistencia, devolviéndole el poder al pueblo, para sostener la política peronista bajo la consigna "Liberación o Dependencia".

La Junta Militar se retira abucheada por la multitud. A la asunción del gobierno asisten como invitados líderes latinoamericanos de la talla de Salvador Allende y el Presidente de Cuba, Osvaldo Dorticós. Aquella gesta representó el porvenir, por eso la juventud fue la vanguardia. Interpretó la fuerza incontenible de nuestro pueblo, por eso Perón fue la guía.

Representativas del momento histórico fueron las palabras de Cámpora, en el cierre de su campaña electoral, quien en su último discurso dijo: “...somos un Movimiento con raigambre y con futuro, pensamos en esa niñez maravillosa. Queremos entregarle una patria altiva, grande, digna y justa. Esa señal de victoria será entregada en las urnas. Que nadie se oponga al triunfo del Pueblo”.

Ezeiza y los enfrentamientos dentro del peronismo

Ya en el Gobierno, Cámpora y su comitiva viajan a España para acompañar a Perón en su regreso definitivo al país.    

Una muchedumbre nunca vista se congrega en Ezeiza para recibir al General: era el 20 de Junio de 1973. Se producen enfrentamientos armados entre distintas fracciones, con muertos y heridos. El peronismo tenía una interna irresuelta, si así lo podemos definir, que en definitiva sólo fue funcional a los enemigos del pueblo.

Sobre los motivos reales de lo sucedido aquel 20 de junio y del proceso interno desatado dentro del peronismo se han escrito muchas líneas de tinta y demasiadas teorías. ¿Habrá sido por protagonismo, por visiones políticas distintas, por la inexperiencia y la incomprensión de los tiempos políticos, por el accionar criminal de sectores de la denominada derecha peronista, para evitar el comienzo de la ejecución de un plan sistemático que se puso de manifiesto en el golpe del 76, por espacios de poder, etc.?

Son todas cuestiones aún sujetas a polémicas y encendías discusiones pero que, en definitiva, consideramos inoportuno traer a colación en este breve relato del peronismo.

Concluimos esto no sin antes aclarar que para la lectura actual de un militante peronista sólo debe quedar la enseñanza que a las violentas divisiones internas de los movimientos populares las sufre siempre el pueblo y son el camino a las peores tragedias colectivas.

Perón vuelve al gobierno

Después de toda una historia de desencuentros, Juan Perón vuelve, para no irse más, a la patria. Era un hombre que venía del otro extremo del océano, él mismo decía que venía “con el corazón abierto a una sensibilidad patriótica que sólo la larga ausencia y la distancia pueden avivar hasta su punto más álgido”.

Como si fuera una mera formalidad Cámpora y Solano Lima firman sus renuncias como gobernantes diciendo: "Devolvemos a Perón el mandato que nos dio el 11 de Marzo". Debe asumir el gobierno R. Lastiri (yerno de el ex comisario López Rega), presidente de la Cámara de Diputados.

Se convoca a elecciones, en cumplimiento de la acefalia presidencial, el 23 de septiembre, las que gana ampliamente por el 61,85%. El porcentaje de votos más aplastante a favor de un candidato presidencial en la historia democrática argentina. La fórmula era Perón – Maria Estela de Perón, su esposa. Asume su tercera presidencia el 12 de Octubre de 1973.

La Tercera presidencia

Durante el año que estuvo a cargo de la presidencia, su política económica, al igual que en el primer peronismo apostó a la obra pública como estrategia para combatir el desempleo. Fiel a su concepción de la Tercera Posición que no aceptaba imposiciones del imperialismo firmó tratados y convenios con la Unión Soviética, Cuba, China, España, Hungría.  

Lanza el Plan Trienal de Gobierno, un gran proyecto de expansión nacional que aspira al crecimiento económico y el desarrollo industrial. En ésta época se aumentan los salarios y se reduce la deuda externa y la dependencia con los sectores del capital internacional.

En cuanto a su política dentro del propio movimiento peronista buscó fortalecer la doctrina del Justicialismo. Para ello implementó los "Cursos de Doctrina Justicialista". Consideraba que era la etapa dogmática de la Revolución Peronista.

El peronismo y la revolución en paz

Todas las lecturas políticas que se realizan sobre esta etapa histórica hacen hincapié en las distintas visiones sobre la estrategia política general para la coyuntura. De que modo se podía conciliar la revolución peronista con la situación continental y las presiones de la oligarquía y los Estados Unidos era la cuestión que dividió al movimiento en visiones que, en gran medida, devinieron en antagónicas. 

Las condiciones políticas, en especial la situación en Latinoamérica distaban mucho de ser lo que eran al principio de la década de los 70. Del mismo modo, la profundidad y dimensión de la contraofensiva imperialista en el continente alcanzaban una magnitud nunca vista en nuestra historia.

Como encarar, desde nuestro movimiento, las enormes amenazas fue el gran tema irresuelto de aquella etapa histórica, porque ninguna de las posibles soluciones, tras la muerte de Perón, pudo estar a la altura de las necesidades de nuestro pueblo.

Una anécdota histórica del mismísimo Perón, escrita por Ricardo Brizuela, sintetiza y explica la visión de nuestro Líder sobre los días que sobrevendrían a su muerte y como los mismos debían enfrentarse: “...El general Domingo Perón se había reunido con dirigentes de organizaciones de la Juventud Peronista con los que dialogó. Durante el encuentro, el viejo líder dejó entrever muy claramente cuál era la tendencia para los gobiernos de América Latina y, al mismo tiempo, desnudaba las características del propio drama argentino. Perón dijo: “Hay algunos que se apuran y no comprenden que hay que andar con cuidado. Los otros días me encontré con unos muchachos que me dijeron que hay que hacer esto, y esto otro; y yo les dije: “ustedes quieren hacer igual que Allende en Chile, y miren cómo le va a Allende...” ¡Hay que andar con calma! ...¡Cuidado con eso! Porque la reacción interna, y apoyada desde afuera, es sumamente poderosa... Y aquí todavía hay tipos que están mirando por debajo de las rejas de los cuarteles para ver cuándo pueden salir. Y a ese intento hay que oponerle un poder político muy cohesionado y sólido. De manera de evitar caer de nuevo en todo lo que hemos pasado en estos dieciocho años. De modo que este rabo está por desollarse todavía. No nos hagamos ilusiones: ya demasiado se ha hecho hasta alcanzar esto. Cualquier otro modo quien sabe si nos hubiese podido salvar de la misma manera que nos ha salvado este. Los ingredientes de la revolución son siempre dos: sangre y tiempo; si se emplea mucho tiempo se ahorra sangre. Pero siempre es una lucha. Nosotros preferimos usar el tiempo, no gastar sangre inútilmente”.

El adiós al líder

Un gran problema se avecinaba a los argentinos: la salud y la existencia misma del líder. Perón se hallaba debilitado, ya no tenía fuerzas para continuar en el gobierno por lo que el 29 de Junio de 1974, delegó el poder en la Vicepresidenta.  

Los Comandantes Generales de las tres Armas afirman su respaldo a los preceptos constitucionales y las normas legales en vigencia. Los mismos sostienen todos los partidos políticos con representación parlamentaria.

El 1º de julio del mismo año, Perón muere en la Residencia de Olivos, tenía 78 años. Asume la Presidencia su esposa, Vicepresidenta de la Nación, María Estela Martínez de Perón, que todos conocerán como "Isabelita".

Enemigo al acecho

Más que motivados por la muerte de Perón, las presiones de los sectores golpistas de la oligarquía no cesaban, muchas veces encontrando facilitada su labor por las divisiones internas del movimiento que servían de excusa perfecta para avanzar en la escalera represiva.

No por casualidad, en aquellos días también suben los precios de combustibles, (crisis energética mundial) las tarifas de electricidad, gas, transporte y comienza el desabastecimiento, sube también el costo de vida en general. Naturalmente, se deprecian los salarios.

Esto, sumado a una serie de hechos políticos violentos comienza a crear un clima conflictivo en el país. Cabe señalar que gran parte de las organizaciones armadas que habían resistido la dictadura militar no se decidían a deponer las armas y sumarse al gobierno democrático. Sectores de la sociedad civil comenzaban a militarizarse. En el aspecto social se respiraba un clima revolucionario, que estaba encarnado en la misma Juventud Peronista, ya bajo la conducción de Montoneros y las distintas organizaciones revolucionarias.

Prólogo al Golpe Genocida

Sin Perón, no había nadie con pudiera conducir a las fuerzas en pugna dentro del movimiento. Tras su muerte se precipitaron todos los problemas contenidos por su sola presencia. Su mujer poco y nada podía hacer, para peor, detrás de su débil figura se acrecentaba la sombra del siniestro José López Rega, jefe de la criminal Triple A (Alianza Anticomunista Argentina). Poco durará Isabelita en el Poder.

Desde la muerte de nuestro líder, en junio de 1974, su viuda gobernó en un clima de violencia generado, en parte, por las luchas internas de propio peronismo pero capitalizado por quienes apostaban al golpe militar por venir.

A la par de la acción de las organizaciones armadas aumentó el terrorismo paraestatal de la Triple A. Para peor, comenzó el llamado Operativo Independencia del Ejercito Argentino en los montes tucumanos para combatir la guerrilla; estalla el llamado "Rodrigazo" (impuestazo y devaluación), aumenta la cotización del dólar, aumentan los combustibles, los transportes. Un panorama negro.

La CGT realiza paros repudiando la política económica. Se produce una crisis militar, y considerando débil a la presidenta de la Nación, se sublevan efectivos de la Fuerza Aérea de Morón, produciéndose enfrentamientos armados que dejan como saldo decenas de muertos.

El 24 de Marzo de 1976, Isabelita es detenida por orden de la Junta de Comandantes Generales de las Fuerzas Armadas iniciando así el llamado "Proceso de Reorganización Nacional". Y de esta manera el peronismo junto con amplios sectores del pueblo argentino entrará en esa larga noche de horror hasta la recuperación de la Democracia en 1983.

El último mensaje de Perón

Como texto de lectura y reflexión para esta etapa hemos elegido un documento del General Perón: “El modelo Argentino para el proyecto nacional”

El Modelo Argentino para el Proyecto Nacional es la obra póstuma de Juan Domingo Perón. Escrita en 1974, en los meses previos a su desaparición física, sintetiza, por lo tanto la última actualización de su pensamiento y de su doctrina. Este Modelo Argentino nos muestra la lucidez del Líder en lo que es considerado uno de sus mejores escritos políticos y doctrinarios. Tal vez este documento, este largo documento, podría decirse, es la herencia política de Perón.

Hemos seleccionado para este apunte algunos párrafos que muestran su visión del mundo, anticipando el fenómeno que hoy se denomina globalización, su idea de Patria Grande en una Latinoamérica integrada, sus inquietudes por el tema ecológico y los recursos naturales, como así también el concepto de “Democracia Social”. Este “Modelo Argentino para el proyecto nacional”, fue leído por el General Perón ante el Congreso de la Nación el día 1 de mayo de 1974:

“Se percibe ya con firmeza que la sociedad mundial se orienta hacia un Universalismo que, a pocas décadas del presente, nos puede conducir a formas integradas, tanto en el orden económico como en el político.
La integración social del hombre en la tierra será un proceso paralelo, par lo cual es necesaria una firme y efectiva unión de todos los trabajadores del mundo, dada por el hecho de serlo y por lo que ellos representan en la vida de los pueblos.
La integración económica podrá realizarse cuando los imperialismos tomen debida conciencia de que han entrado en una nueva etapa de su accionar histórico, y que servirán mejor al mundo en su conjunto y a ellos mismos, en la medida en que contribuyan a concebir y accionar a la sociedad mundial como un sistema, cuyo único objetivo resida en lograr la realización del hombre en plenitud, dentro de esa sociedad mundial.
La integración política brindará el margen de seguridad necesario para el cumplimiento de las metas sociales, económicas, científico-tecnológicas y de medio ambiente, al servicio de la sociedad mundial.
El itinerario es inexorable y tenemos que prepararnos para recorrerlo. Y aunque ello parezca contradictorio, tal evento nos exige desarrollar desde ya un profundo nacionalismo cultural como única manera de fortificar el ser nacional, para preservarlo con individualidad propia en las etapas que se avecinan.
El mundo en su conjunto no podrá constituir un sistema, sin que a su vez estén integrados los países en procesos paralelos. Mientras se realice el proceso universalista, existen dos únicas alternativas para nuestros países: neocolonialismo o liberación.
La pertinacia en levantar fronteras ideológicas no hace sino demorar el proceso y aumentar el costo de construcción de la sociedad mundial.
Para construir la sociedad mundial, la etapa del continentalismo configura una transición necesaria. Los países han de unirse progresivamente sobre la base de la vecindad geográfica y sin imperialismos locales y pequeños. Esta es la concepción de la Argentina para Latinoamérica: justa, abierta, generosa, y sobre todas las cosas, sincera.
A niveles nacionales, nadie puede realizarse en un país que no se realiza. De la misma manera, a nivel continental, ningún país podrá realizarse en un continente que no se realice. Latinoamérica es de los latinoamericanos. Tenemos una historia tras de nosotros. La historia del futuro no nos perdonaría el haber dejado de ser fieles a ella.”
La lucha por la liberación es, en gran medida, lucha también por los Recursos naturales y la preservación ecológica, y en ella estamos empeñados. Los pueblos del Tercer Mundo albergan las grandes reservas de materias primas, particularmente las agotables. Pasó la época en que podían tomarse riquezas por la fuerza, con el argumento de la lucha política entre países o entre ideologías.

El modelo Argentino precisa la naturaleza de la democracia a la cual aspiramos, concibiendo a  nuestra Argentina como una democracia plena de justicia social. Y en consecuencia, concibe al Gobierno con la forma representativa, republicana, federal y social. Social por su forma de ser, por sus objetivos y por su estilo de funcionamiento.”

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