martes, 2 de abril de 2024

Malvinas es una causa nacional y constitucional imprescriptible

“La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional”. Disposición Transitoria Primera de la Constitución de la Nación Argentina.


Se cumple un nuevo aniversario de desembarco argentino en las Islas Malvinas aquel 2 de abril de 1982. Se conmemora el comienzo del conflicto bélico con Inglaterra. 

Recordar la efeméride implica, primero, hacer un expreso y categórico rechazo la guerra, entendiendo a la misma cómo la mayor calamidad para la humanidad. Pero el horror de la guerra no debe obstaculizar que reconozcamos a Malvinas como una causa justa, que hace a lo más íntimo del ser nacional argentino.

En este ejercicio de memoria debemos diferenciar la justicia de la causa Malvinas, al igual que la entrega heroica de nuestros soldados y de todos los hombres y mujeres que estuvieron en conflicto bélico, del pésimo manejo militar del enfremiento de 1982 y las oscuras motivaciones de la dictadura genocida que llevó adelante una guerra absurda, perdida antes del combate. 

La decisión militar estuvo definida por la desesperación política de la dictadura, que ante al rechazo social creciente que tenía tomó la iniciativa irresponsable y criminal. En lo que a la planificación bélica se refiere no existía un plan militar, se carecía medios logísticos, inteligencia, etc. El enfrentamiento militar fue absolutamente desigual. Los valientes soldados argentinos, librados a su suerte por la dictadura, pusieron todo el coraje, la entrega y la vida para enfrentar a una potencia imperialista que tenía uno de los mejores ejércitos del planeta.

El verdadero homenaje debe ser para los 649 patriotas caídos en Malvinas y para el coraje de nuestros soldados. Justamente por eso, hoy es el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas. 

El homenaje a la causa de Malvinas es también una obligación con los veteranos que sobrevivieron, que sufrieron la indiferencia y el abandono durante décadas, formando parte del largo listado de víctimas de la dictadura. La "desmalvinización" fue una segunda derrota y fue otra forma de castigo a nuestros soldados.

A pesar del imperialismo y la dictadura, mas allá de las inadecuadas e incorrectas posiciones y estrategias diplomáticas de gobiernos como los de Macri o Milei, Malvinas está muy presente en la conciencia nacional. La repatriación de este territorio es un imperativo soberano imprescriptible, que hace a nuestra más íntima integridad nacional. 

En pleno siglo XXI resulta inadmisible que existan residuos coloniales y mucho peor resulta la negativa de las potencias imperialistas como Inglaterra a resolver esto por los principios del Derecho Internacional, respetando la soberanía de las naciones de todo el planeta. Con diálogo multilateral, diplomacia y apostando a la solución pacífica de las controversias internacionales nuestro país va a recuperar las Islas, poniendo fin a un enclave colonial que ofende a toda la humanidad.

Está siempre presente el pleno ejercicio de nuestros derechos imprescriptibles a la soberanía en las Islas Malvinas, Sándwich y Georgias del Sur y recordamos la heroica entrega de nuestros soldados que dieron su vida por esta causa nacional que encierra en la disposición transitoria primera de nuestra Constitución Nacional un mandato para nuestra generación y todas las generaciones por venir. 

lunes, 25 de marzo de 2024

Carta abierta de un escritor a la Junta Militar, el texto imprescindible de Rodolfo Walsh

Entre enero y marzo de 1977, Rodolfo Walsh escribe la Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar, y la firma en el primer aniversario del Golpe. El 24 de marzo de 1977, cerca del mediodía, Walsh envió copias por correo del texto a las redacciones de los diarios argentinos y a corresponsales de medios extranjeros.​ En el mismo denunciaba el plan que los sectores dominantes venían preparando desde hace mucho tiempo y habían puesto en marcha con el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, y con el inicio de la dictadura militar autodenominada Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983).

Esta Carta Abierta es el último escrito del intelectual, periodista y escritor argentino Rodolfo Walsh y es, en su valor intelectual, un brillante resumen y análisis del primer año de la última dictadura cívico-militar argentina (1976-1983). 

Rodolfo Walsh.
Desde su aparición original, la Carta abierta de Walsh ha sido ampliamente analizada y celebrada por artistas, escritores, historiadores, políticos y periodistas de todo el mundo, volviéndose un símbolo latinoamericano de lucidez y resistencia intelectual al autoritarismo y las dictaduras que asolaron la región, en particular durante la década de 1970. Fue calificada por el Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, como una «obra maestra del periodismo».

El 25 de marzo de 1977, R. Walsh fue emboscado por un grupo de tareas de la dictadura, siendo mortalmente herido y secuestrado, y fue posteriormente desaparecido por el terrorismo de Estado implantado por el régimen genocida. 

El primero en publicar la Carta abierta fue Tomás Eloy Martínez, autor de obras canónicas de la cultura política nacional como "Santa Evita" y "La novela de Perón", y lo hizo el domingo 24 de abril de 1977, en el suplemento Papel Literario del diario El Nacional de Caracas.​ El texto fue prohibido por la dictadura, y durante años su difusión solo pudo ser posible en Argentina circulando de mano en mano.

Esta Carta Abierta a la Junta Militar de Rodolfo Walsh es, ciertamente, un texto histórico. Hoy, ampliamente conocida, insto a todo ciudadano o ciudadana que aún no la hayan leído a que la lean. Su lectura y estudio es una tarea de conciencia histórica y política insoslayable, mas allá de estar de acuerdo o en desacuerdo con las ideas y acciones personales de Rodolfo Walsh.

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Texto completo

Carta abierta de un escritor a la Junta Militar

1. La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de una hija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a esta forma de expresión clandestina después de haber opinado libremente como escritor y periodista durante casi treinta años.

El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades.

El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que formaban parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política represiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para nueve meses más tarde. En esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el mandato transitorio de Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso democrático donde el pueblo remediara males que ustedes continuaron y agravaron.

Ilegítimo en su origen, el gobierno que ustedes ejercen pudo legitimarse en los hechos recuperando el programa en que coincidieron en las elecciones de 1973 el ochenta por ciento de los argentinos y que sigue en pie como expresión objetiva de la voluntad del pueblo, único significado posible de ese "ser nacional" que ustedes invocan tan a menudo.

Invirtiendo ese camino han restaurado ustedes la corriente de ideas e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivas, explotan al pueblo y disgregan la Nación. Una política semejante sólo puede imponerse transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que ha conocido la sociedad argentina.

2. Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror.

Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional. El secreto militar de los procedimientos, invocado como necesidad de la investigación, convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura sin límite y el fusilamiento sin juicio.

Más de siete mil recursos de hábeas corpus han sido contestados negativamente este último año. En otros miles de casos de desaparición el recurso ni siquiera se ha presentado porque se conoce de antemano su inutilidad o porque no se encuentra abogado que ose presentarlo después que los cincuenta o sesenta que lo hacían fueron a su turno secuestrados.

De este modo han despojado ustedes a la tortura de su límite en el tiempo. Como el detenido no existe, no hay posibilidad de presentarlo al juez en diez días según manda una ley que fue respetada aun en las cumbres represivas de anteriores dictaduras.

La falta de límite en el tiempo ha sido complementada con la falta de límite en los métodos, retrocediendo a épocas en que se operó directamente sobre las articulaciones y las vísceras de las víctimas, ahora con auxiliares quirúrgicos y farmacológicos de que no dispusieron los antiguos verdugos. El potro, el torno, el despellejamiento en vida, la sierra de los inquisidores medievales reaparecen en los testimonios junto con la picana y el "submarino", el soplete de las actualizaciones contemporáneas.

Mediante sucesivas concesiones al supuesto de que el fin de exterminar a la guerilla justifica todos los medios que usan, han llegado ustedes a la tortura absoluta, intemporal, metafísica en la medida que el fin original de obtener información se extravía en las mentes perturbadas que la administran para ceder al impulso de machacar la sustancia humana hasta quebrarla y hacerle perder la dignidad que perdió el verdugo, que ustedes mismos han perdido.

3. La negativa de esa Junta a publicar los nombres de los prisioneros es asimismo la cobertura de una sistemática ejecución de rehenes en lugares descampados y en horas de la madrugada con el pretexto de fraguados combates e imaginarias tentativas de fuga.

Extremistas que panfletean el campo, pintan acequias o se amontonan de a diez en vehículos que se incendian son los estereotipos de un libreto que no está hecho para ser creído sino para burlar la reacción internacional ante ejecuciones en regla mientras en lo interno se subraya el carácter de represalias desatadas en los mismos lugares y en fecha inmediata a las acciones guerrilleras.

Setenta fusilados tras la bomba en Seguridad Federal, 55 en respuesta a la voladura del Departamento de Policía de La Plata, 30 por el atentado en el Ministerio de Defensa, 40 en la Masacre del Año Nuevo que siguió a la muerte del coronel Castellanos, 19 tras la explosión que destruyó la comisaría de Ciudadela forman parte de 1200 ejecuciones en 300 supuestos combates donde el oponente no tuvo heridos y las fuerzas a su mando no tuvieron muertos.

Depositarios de una culpa colectiva abolida en las normas civilizadas de justicia, incapaces de influir en la política que dicta los hechos por los cuales son represaliados, muchos de esos rehenes son delegados sindicales, intelectuales, familiares de guerrilleros, opositores no armados, simples sospechosos a los que se mata para equilibrar la balanza de las bajas según la doctrina extranjera de «cuenta-cadáveres» que usaron los SS en los países ocupados y los invasores en Vietnam.

El remate de guerrilleros heridos o capturados en combates reales es asimismo una evidencia que surge de los comunicados militares que en un año atribuyeron a la guerrilla 600 muertos y sólo 10 o 15 heridos, proporción desconocida en los más encarnizados conflictos. Esta impresión es confirmada por un muestreo periodístico de circulación clandestina que revela que entre el 18 de diciembre de 1976 y el 3 de febrero de 1977, en 40 acciones reales, las fuerzas legales tuvieron 23 muertos y 40 heridos, y la guerrilla 63 muertos.

Más de cien procesados han sido igualmente abatidos en tentativas de fuga cuyo relato oficial tampoco está destinado a que alguien lo crea sino a prevenir a la guerrilla y a los partidos de que aun los presos reconocidos son la reserva estratégica de las represalias de que disponen los Comandantes de Cuerpo según la marcha de los combates, la conveniencia didáctica o el humor del momento.

Así ha ganado sus laureles el general Benjamín Menéndez, jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, antes del 24 de marzo con el asesinato de Marcos Osatinsky, detenido en Córdoba, después con la muerte de Hugo Vaca Narvaja y otros cincuenta prisioneros en variadas aplicaciones de la ley de fuga ejecutadas sin piedad y narradas sin pudor.

El asesinato de Dardo Cabo, detenido en abril de 1975, fusilado el 6 de enero de 1977 con otros siete prisioneros en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército que manda el general Suárez Mason, revela que estos episodios no son desbordes de algunos centuriones alucinados sino la política misma que ustedes planifican en sus estados mayores, discuten en sus reuniones de gabinete, imponen como comandantes en jefe de las 3 Armas y aprueban como miembros de la Junta de Gobierno.

4. Entre mil quinientas y tres mil personas han sido masacradas en secreto después que ustedes prohibieron informar sobre hallazgos de cadáveres que en algunos casos han trascendido, sin embargo, por afectar a otros países, por su magnitud genocida o por el espanto provocado entre sus propias fuerzas.

Veinticinco cuerpos mutilados afloraron entre marzo y octubre de 1976 en las costas uruguayas, pequeña parte quizás del cargamento de torturados hasta la muerte en la Escuela de Mecánica de la Armada, fondeados en el Río de la Plata por buques de esa fuerza, incluyendo el chico de 15 años, Floreal Avellaneda, atado de pies y manos, "con lastimaduras en la región anal y fracturas visibles" según su autopsia.

Un verdadero cementerio lacustre descubrió en agosto de 1976 un vecino que buceaba en el lago San Roque de Córdoba, acudió a la comisaría donde no le recibieron la denuncia y escribió a los diarios que no la publicaron.

Treinta y cuatro cadáveres en Buenos Aires entre el 3 y el 9 de abril de 1976, ocho en San Telmo el 4 de julio, diez en el Río Luján el 9 de octubre, sirven de marco a las masacres del 20 de agosto que apilaron 30 muertos a 15 kilómetros de Campo de Mayo y 17 en Lomas de Zamora.

En esos enunciados se agota la ficción de bandas de derecha, presuntas herederas de las 3 A de López Rega, capaces de atravesar la mayor guarnición del país en camiones militares, de alfombrar de muertos el Río de la Plata o de arrojar prisioneros al mar desde los transportes de la Primera Brigada Aérea 7, sin que se enteren el general Videla, el almirante Massera o el brigadier Agosti. Las 3 A son hoy las 3 Armas, y la Junta que ustedes presiden no es el fiel de la balanza entre "violencias de distintos signos" ni el árbitro justo entre "dos terrorismos", sino la fuente misma del terror que ha perdido el rumbo y sólo puede balbucear el discurso de la muerte.

La misma continuidad histórica liga el asesinato del general Carlos Prats, durante el anterior gobierno, con el secuestro y muerte del general Juan José Torres, Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruíz y decenas de asilados en quienes se ha querido asesinar la posibilidad de procesos democráticos en Chile, Bolivia y Uruguay.

La segura participación en esos crímenes del Departamento de Asuntos Extranjeros de la Policía Federal, conducido por oficiales becados de la CIA a través de la AID, como los comisarios Juan Gattei y Antonio Gettor, sometidos ellos mismos a la autoridad de Mr. Gardener Hathaway, Station Chief de la CIA en Argentina, es semillero de futuras revelaciones como las que hoy sacuden a la comunidad internacional que no han de agotarse siquiera cuando se esclarezcan el papel de esa agencia y de altos jefes del Ejército, encabezados por el general Menéndez, en la creación de la Logia Libertadores de América, que reemplazó a las 3 A hasta que su papel global fue asumido por esa Junta en nombre de las 3 Armas.

Este cuadro de exterminio no excluye siquiera el arreglo personal de cuentas como el asesinato del capitán Horacio Gándara, quien desde hace una década investigaba los negociados de altos jefes de la Marina, o del periodista de Prensa Libre Horacio Novillo apuñalado y calcinado, después que ese diario denunció las conexiones del ministro Martínez de Hoz con monopolios internacionales.

A la luz de estos episodios cobra su significado final la definición de la guerra pronunciada por uno de sus jefes: "La lucha que libramos no reconoce límites morales ni naturales, se realiza más allá del bien y del mal".

5. Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada.

En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar 11, resucitando así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos coloniales.

Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisiones internas, alargando horarios, elevando la desocupación al récord del 9%12 prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los comienzos de la era industrial, y cuando los trabajadores han querido protestar los han calificados de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos aparecieron muertos, y en otros no aparecieron.

Los resultados de esa política han sido fulminantes. En este primer año de gobierno el consumo de alimentos ha disminuido el 40%, el de ropa más del 50%, el de medicinas ha desaparecido prácticamente en las capas populares. Ya hay zonas del Gran Buenos Aires donde la mortalidad infantil supera el 30%, cifra que nos iguala con Rhodesia, Dahomey o las Guayanas; enfermedades como la diarrea estival, las parasitosis y hasta la rabia en que las cifras trepan hacia marcas mundiales o las superan. Como si esas fueran metas deseadas y buscadas, han reducido ustedes el presupuesto de la salud pública a menos de un tercio de los gastos militares, suprimiendo hasta los hospitales gratuitos mientras centenares de médicos, profesionales y técnicos se suman al éxodo provocado por el terror, los bajos sueldos o la "racionalización".

Basta andar unas horas por el Gran Buenos Aires para comprobar la rapidez con que semejante política la convirtió en una villa miseria de diez millones de habitantes. Ciudades a media luz, barrios enteros sin agua porque las industrias monopólicas saquean las napas subterráneas, millares de cuadras convertidas en un solo bache porque ustedes sólo pavimentan los barrios militares y adornan la Plaza de Mayo, el río más grande del mundo contaminado en todas sus playas porque los socios del ministro Martínez de Hoz arrojan en él sus residuos industriales, y la única medida de gobierno que ustedes han tomado es prohibir a la gente que se bañe.

Tampoco en las metas abstractas de la economía, a las que suelen llamar "el país", han sido ustedes más afortunados. Un descenso del producto bruto que orilla el 3%, una deuda exterior que alcanza a 600 dólares por habitante, una inflación anual del 400%, un aumento del circulante que en solo una semana de diciembre llegó al 9%, una baja del 13% en la inversión externa constituyen también marcas mundiales, raro fruto de la fría deliberación y la cruda inepcia.

Mientras todas las funciones creadoras y protectoras del Estado se atrofian hasta disolverse en la pura anemia, una sola crece y se vuelve autónoma. Mil ochocientos millones de dólares que equivalen a la mitad de las exportaciones argentinas presupuestados para Seguridad y Defensa en 1977, cuatro mil nuevas plazas de agentes en la Policía Federal, doce mil en la provincia de Buenos Aires con sueldos que duplican el de un obrero industrial y triplican el de un director de escuela, mientras en secreto se elevan los propios sueldos militares a partir de febrero en un 120%, prueban que no hay congelación ni desocupación en el reino de la tortura y de la muerte, único campo de la actividad argentina donde el producto crece y donde la cotización por guerrillero abatido sube más rápido que el dólar.

6. Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales encabezados por la ITT, la Esso, las automotrices, la U.S. Steel, la Siemens, al que están ligados personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su gabinete.

Un aumento del 722% en los precios de la producción animal en 1976 define la magnitud de la restauración oligárquica emprendida por Martínez de Hoz en consonancia con el credo de la Sociedad Rural expuesto por su presidente Celedonio Pereda: "Llena de asombro que ciertos grupos pequeños pero activos sigan insistiendo en que los alimentos deben ser baratos".

El espectáculo de una Bolsa de Comercio donde en una semana ha sido posible para algunos ganar sin trabajar el cien y el doscientos por ciento, donde hay empresas que de la noche a la mañana duplicaron su capital sin producir más que antes, la rueda loca de la especulación en dólares, letras, valores ajustables, la usura simple que ya calcula el interés por hora, son hechos bien curiosos bajo un gobierno que venía a acabar con el "festín de los corruptos".

Desnacionalizando bancos se ponen el ahorro y el crédito nacional en manos de la banca extranjera, indemnizando a la ITT y a la Siemens se premia a empresas que estafaron al Estado, devolviendo las bocas de expendio se aumentan las ganancias de la Shell y la Esso, rebajando los aranceles aduaneros se crean empleos en Hong Kong o Singapur y desocupación en la Argentina. Frente al conjunto de esos hechos cabe preguntarse quiénes son los apátridas de los comunicados oficiales, dónde están los mercenarios al servicio de intereses foráneos, cuál es la ideología que amenaza al ser nacional.

Si una propaganda abrumadora, reflejo deforme de hechos malvados no pretendiera que esa Junta procura la paz, que el general Videla defiende los derechos humanos o que el almirante Massera ama la vida, aún cabría pedir a los señores Comandantes en Jefe de las 3 Armas que meditaran sobre el abismo al que conducen al país tras la ilusión de ganar una guerra que, aun si mataran al último guerrillero, no haría más que empezar bajo nuevas formas, porque las causas que hace más de veinte años mueven la resistencia del pueblo argentino no estarán desaparecidas sino agravadas por el recuerdo del estrago causado y la revelación de las atrocidades cometidas.

Estas son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles.

 

Rodolfo Walsh. - C.I. 2845022

Buenos Aires, 24 de marzo de 1977.

 

Fuente: Wikipedia

 

sábado, 23 de marzo de 2024

El Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976: Dictadura, Genocidio y Neoliberalismo


Ricardo Carpani, Memoria. 1990

El golpe del 24 de marzo de 1976, que destituye a Isabel Perón, entendemos que se hubiera producido de cualquier manera, aunque hubiera estado sentado en el "sillón de Rivadavia" cualquier otro presidente o presidenta. 

El golpe fue ejecutado en contra de la herencia histórica, política y social de lo que el peronismo expresaba, atacándolo en todas sus dimensiones: la cultural, la institucional, la política e individualmente. Fue pensado en función del molde agroexportador de fines del siglo XIX que, dados los cambios internacionales, derivó en el programa financiero y desindustrializador: el modelo neoliberal.

El Proceso de Reorganización Nacional aspiraba a poner fin al "Estado de Bienestar" fundado por Juan Perón y al Proyecto Nacional concebido por el justicialismo en la década del 40, sin reparar en costos como el lamentable estado la convivencia democrática, la economía, la sociedad y las instituciones de nuestro país. El golpe del 76 fue decisivo para la inserción del país en el molde globalizador; justificado con el pretexto de la lucha mundial contra el comunismo. Pero, ni el golpe tuvo su origen en el "peligro subversivo", ni la violencia aplicada fue para "la pacificación y el orden".

La implantación del modelo neoliberal a través de un gobierno dependiente y de un régimen de terror masivo, se combinaba con la necesidad de poner fin a una experiencia social y política de pleno empleo y la existencia de una legislación laboral y políticas sociales que no se correspondía con los intereses de las empresas trasnacionales ni los grupos económicos oligárquicos locales. Aspiraba a poner fin a una experiencia social, política y económica que iba en contra de los intereses de los poderosos del planeta y que hizo feliz, como nunca en su historia, a nuestro pueblo. Perón afirmaba que su único heredero era el pueblo. Con Perón muerto, lo que se pretendía ahora desde la Dictadura era destruir la herencia y matar al heredero.

El General Ibérico Saint Jean, Gobernador de facto de la Provincia de Buenos Aires, en mayo de 1977 decía: " Primero mataremos a todos los subversivos, luego mataremos a sus colaboradores, después... a sus simpatizantes, inmediatamente... a aquellos que quedaron indiferentes, y finalmente mataremos a los tímidos ".

No hubo "errores" ni "excesos", sino un plan de genocidio deliberado, y contradictoriamente a lo que surge de la leyenda de la "guerra sucia", no fueron muchos los que actuaron en la lucha armada.

En la Argentina no hubo, ni cerca, 30.000 guerrilleros. La cantidad la inventaron quienes querían justificar 30.000 muertes. Hubo sí, 30.000 luchadores sociales desaparecidos, barrios por la represión, de todos los sectores políticos revolucionarios. La inmensa mayoría de las víctimas fueron jóvenes, la mayoría fueron cuadros y militantes de la clase trabajadora, la inmensa mayoría fueron peronistas. 

De la larga lista de mártires y héroes de la causa nacional, es aquella Juventud de los 60 y 70 la que, a 48 años del golpe, debe ser recordada como paradigma y ejemplo. Llena de energía, de rebeldía e inconformismo social, esta generación política, encabezada por la “Gloriosa JP” de los 70 fue la generación del compromiso desinteresado por una sociedad mejor, más honesta, más justa. Una generación que participó ideológicamente, persiguió una revolución política para la Argentina, se sacrificó, militó y pavimentó con su sangre el camino para cambiar un país dependiente, sometido económica y culturalmente, evidentemente injusto en la distribución de la riqueza y el poder.

Como parte de una justa reparación histórica, en nuestro país hoy son màs de 1100 los condenados por delitos de lesa humanidad. Pero aún falta mucho más. 

En momentos muy complejos como los que vivimos, en los que lamentable e inexplicablemente parecen renacer voces que defienden la Dictadura, en instancias en que el negacionismo encuentra defensores en la agenda pública, las politicas de un país para pocos se imponen generando exclusión social y perdida de derechos y la Democracia es puesta en crisis por el avance de los poderes económicos concetrados, más que nunca debemos ratificar nuestro compromiso colectivo por una sociedad más  inclusiva, plural y democrática, donde nuestros derechos humanos tengan plena vigencia y vivamos en libertad y con justicia social. 

¡Por Memoria, Verdad y Justicia! ¡Nunca Más!


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Escribe: Dr. A. Gonzalo García Garro


“Una vez más, los humildes están solos en la defensa de la dignidad y los intereses nacionales. Pero siempre ha sido así. La historia enseña que cuando la traición oligárquica abre las puertas a la voracidad del imperialismo, la tierra opone el coraje de sus hijos y  la patria  se enciende en holocaustos gloriosos y fecundos. Esta generación está dispuesta a cumplir con el sacrificio que demandan de ella una tradición inmaculada y una esperanza inextinguible.
Lo hemos hecho antes. Lo estamos haciendo. Lo haremos cuantas veces sea necesario. No toleraremos que una mínima apátrida, que ha reducido a las Fuerzas Armadas al innoble papel de carceleras del pueblo, continué defendiendo enconadamente intereses extranacionales y de clase desde posiciones usurpadas a su amparo”.
John William Cooke.



La comprensión y el conocimiento de esta etapa histórica de la Patria es de fundamental importancia, ya que sus consecuencias políticas, económicas, sociales y culturales todavía siguen evolucionando y condicionando a todas las y los argentinos. Las relaciones de fuerzas allí constituidas siguen marcando la agenda pública argentina y exponen los límites de acción del propio peronismo y el sistema político en su conjunto.

Es por todo esto la extensión y la amplitud con la cual hemos abordado el proceso histórico que comienza con el Golpe de Estado del 24 de Marzo de 1976, desarrollando ideas y conceptos que trascienden al peronismo.

Hay que matar al heredero

El golpe de marzo del 76, que destituye a Isabel Perón, entendemos que se hubiera producido de cualquier manera, aunque hubiera estado sentado en el sillón de Rivadavia cualquier otro presidente o presidenta.

El golpe fue ejecutado en contra de la herencia histórica, política y social de lo que el peronismo expresaba, atacando todas sus dimensiones: la cultural, la institucional, política e individualmente. Fue pensado en función del molde agroexportador de fines del siglo XIX que, dados los cambios internacionales, derivó en el programa financiero y desindustrializador: el modelo neoliberal.

El Proceso de Reorganización Nacional aspiraba a poner fin al "Estado de Bienestar" fundado por Juan Perón y al Proyecto Nacional concebido por el justicialismo en la década del 40, sin reparar en costos como el lamentable estado la convivencia democrática, la economía, la sociedad y las instituciones de nuestro país. El golpe del 76 fue decisivo para la inserción del país en el molde globalizador; justificado con el pretexto de la lucha mundial contra el comunismo. Pero ni el golpe tuvo su origen en el "peligro subversivo", ni la violencia aplicada fue para "la pacificación y el orden".

La implantación del modelo neoliberal a través de un gobierno dependiente y de un régimen de terror masivo, se combinaba con la necesidad de poner fin a una experiencia social y política de pleno empleo y la existencia de una legislación laboral y políticas sociales que no se correspondía con los intereses de las empresas trasnacionales ni los grupos económicos oligárquicos locales. 

Aspiraba a poner fin a una experiencia social, política y económica que iba en contra de los intereses de los poderosos del planeta y que hizo feliz, como nunca en su historia, a nuestro pueblo. Perón siempre nos enseñó que su único heredero era el pueblo. Con el general muerto, lo que pretendía ahora la oligarquía y el imperialismo era destruir la herencia y matar al heredero.

Destruccion Institucional

Una política semejante, sólo podría imponerse destruyendo a las organizaciones que sostenían los intereses del pueblo y persiguiendo a todos los que lucharan por la soberanía nacional y la justicia social, prohibiendo los partidos, interviniendo sindicatos, amordazando a la prensa, a la cultura, a los disidentes e implantando el terror más salvaje que ha conocido la Argentina.

Desde el plano institucional, los jerarcas del Proceso Militar ejercieron la suma del poder público con el predominio de las Fuerzas Armadas por sobre las demás instituciones del gobierno. Así:

-Fueron depuestos la presidenta, gobernadores y jueces.

-Fueron disueltos: el Congreso Nacional, las legislaturas provinciales y los consejos deliberantes.

-Se prohibió la actividad política estudiantil y de los partidos políticos.

-La UIA, la CGE, la CGT y los sindicatos más importantes fueron intervenidos, sus fondos eliminados; y las actividades relacionadas con las huelgas y las negociaciones colectivas laborales, declaradas ilegales.

Plan sistemático de genocidio

La dictadura había logrado desarticular las instituciones que contenían las bases del proyecto fundado por el peronismo en la década de los 40, pero estas medidas no tenían la fuerza suficiente para consolidar el nuevo modelo, por lo que se debía eliminar totalmente la oposición política al régimen.

Para ello, el golpe militar destruyó el tejido social de la argentina, desarticulando las fuerzas populares de la sociedad civil. Represión invisible hecha de nocturnidad y silencio cómplice, de miedos y de ausencias.

Los militares implementaron un plan genocida de magnitudes nunca vistas en Latinoamérica. Fue la dictadura que más se mantuvo, la que tomó las decisiones más intolerantes y crueles, de modo absoluto y arbitrario. Y fue la mas perversa.

Los métodos que la dictadura puso en práctica para eliminar la oposición política tomaron por sorpresa a toda la sociedad, dada su brutalidad:

- Guarniciones y regimientos devenidos en campos de concentración, en centros de detención ilegales, en los cuales jamás accedió un abogado o abogada, juez o jueza o un observador internacional.

- Centros de tortura y unidades especiales, militares y policiales, cuya función era secuestrar, interrogar, torturar y matar.

- Eran prácticas habituales de tortura la picana, la violación, el asesinato o se los "desaparecía", arrojándolos vivos, adormecidos con drogas, desde aviones en vuelo al Río de la Plata o al mar.

- Y se apropiaron, también, de los bebés de los disidentes, criados con identidades falsas.

- El "derecho al botín" concedido a los represores ilegales expandió el robo y la corrupción a niveles que antes no se habían conocido en el país.

Esta vez no fueron solamente los peronistas, también se sumaron otras corrientes y tendencias políticas, militantes de otra extracción también pagaron con su vida ser parte de esa Resistencia. Nuevamente entonces el exilio, las catacumbas, la proscripción, la cárcel, la muerte y los desaparecidos.

Reflexiones sobre la violencia

Mucho se ha hablado de las organizaciones revolucionarias de la década del 70. Se las ha demonizado o reivindicado ciegamente. En relación a esto nos parece importante, mas allá de la posición que tomemos sobre la lucha armada, enmarcar la discusión dentro de unos parámetros políticos más objetivos, dejando de lado los maniqueísmos y las generalizaciones inapropiadas que muchas veces son discursos funcionales que aspiran a justificar la Dictadura.

El punto de partida debe ser que todo análisis de la violencia política de los 70 debe partir del conocimiento de que toda una generación nació a la política bajo la violencia antipopular y la hubo continuamente.  

Los bombardeos al pueblo el 16 de junio de 1955 en Plaza de Mayo, el sangriento Golpe de septiembre de 1955; las persecuciones y encarcelamientos, el castigo al movimiento del General Valle y los fusilamientos de peronistas en los basurales de José León Suárez; el secuestro y la desaparición de Vallese, el plan represivo Conintes que llenó las cárceles de peronistas, el exilio y la proscripción de Perón, los asesinatos de Mussi, Méndez, Retamal, Bello, Cabral, el Cordobazo, los fusilamientos de revolucionarios en la cárcel de Trelew, etc., etc., formaron la experiencia y la conciencia de muchas y muchos jóvenes de esa época.

La rebeldía a esta opresión asumió, numerosas veces, formas violentas. A muchos le pareció justo responder a la violencia "de arriba", del poder, con la violencia "de abajo", la violencia popular.

La resistencia peronista, las luchas obreras contra el Conintes, el Cordobazo, Rosariazo, Correntinazo, el "Luche y Vuelve", etc., fueron momentos gloriosos en las batallas de los sectores populares argentinos, que asumieron las formas que le imponían las circunstancias.

El pensamiento "pacifista", especialmente de un sector del antiperonismo (quien fue cómplice de todas las dictaduras del siglo XX), margina injustamente a mártires que lucharon por la justicia social con los medios y en las condiciones que les permitía el sistema, cuando los caminos de la democracia real estaban totalmente cerrados. Por lo menos para la mayoría peronista.

Para muchos y muchas, la lucha violenta cesó con el retorno del General Perón a la patria, cuando el peronismo llegó al gobierno en 1973 y volvió la Democracia. Otros y otras siguieron avalando el uso de la fuerza y ​​​​algunos pocos la ejercieron: otorgaron una centralidad injustificada a la violencia y equivocaron los medios en el contexto.

Luego, con Perón muerto, con las torturas, los secuestros y muertes en aumento por el accionar del Terrorismo de Estado, algunos más se sumaron, en especial los más jóvenes. Para entonces los límites se volvieron borrosos y las posibilidades de optar o desistir fueron más difíciles. Para muchos fue la lucha o el exilio.

Esta circunstancia le atribuye a los represores genocidas para incluir a toda una generación que propugnaba cambios en la sociedad como los sospechosos de ser guerrilleros. Y actuaron como sostenía el dictador Videla: " Si es preciso en Argentina deberán morir todas las personas que sean necesarias para lograr la seguridad del país ”.

No hubo errores ni excesos…

El General Ibérico Saint Jean, Gobernador de facto la Provincia de Buenos Aires, en mayo de 1977 decía: " Primero mataremos a todos los subversivos, luego mataremos a sus colaboradores, después... a sus simpatizantes, inmediatamente... a aquellos que quedaron indiferentes, y finalmente mataremos a los tímidos" .

No hubo "errores" ni "excesos", sino un plan de genocidio deliberado, y contradictoriamente a lo que surge de la leyenda de la "guerra sucia", no fueron muchos los que actuaron en la lucha armada.

En Argentina no hubo, ni cerca, 30.000 guerrilleros. La cantidad la inventaron quienes querían justificar 30.000 muertes. Hubo sí, 30.000 luchadores sociales desaparecidos, barrios por la represión, de todos los sectores políticos revolucionarios. La inmensa mayoría de las víctimas fueron jóvenes, la mayoría fueron cuadros y militantes de la clase trabajadora, la inmensa mayoría fueron peronistas.

Mártires y héroes del peronismo

Algunas veces, lamentablemente en los ultimos meses cada vez más, se escuchan discursos altisonantes, cargados de ofensas y calificativos despectivos sobre los desaparecidos y los muertos de la última dictadura. Más triste nos parece cuando los mismos salen de la boca de personas que se auto denominan “peronistas”.

A pesar de cosas como estas, la historia, ya sin discusión seria posible, nos muestra que, de la larga lista de mártires y héroes de la causa nacional, es esa Juventud la que, ante un nuevo aniversario del golpe genocida, debe ser recordada como paradigma y ejemplo. Llena de energía, de rebeldía e inconformismo social, esta generación política, encabezada por la “Gloriosa JP” de los 70 fue la generación del compromiso desinteresado por una sociedad mejor, más honesta, más justa.

Una generación que participó políticamente, persiguió una revolución para Argentina, se sacrificó, militó y pavimentó con su sangre el camino para cambiar un país dependiente, sometido económica y culturalmente, evidentemente injusto en la distribución de la riqueza y el poder.

También hay que decir que así como la JP fue una referencia destacada, no fueron los únicos. Junto a ellos corresponde el mismo homenaje a los trabajadores de base, delegados gremiales comprometidos y dirigentes sindicales combativos, al igual que militantes de otros espacios del peronismo que expresaban organizaciones activas y numerosas, que también cuentan con muertos y desaparecidos entre sus filas. Igualmente, también integran la larga lista de detenidos - desaparecidos militantes, argentinos y argentinas de otras expresiones políticas populares y revolucionarias, al igual que victimas del horror genocida que nada tienen que ver con la resistencia a la dictadura.

Derrumbe Militar y Peronismo

El régimen militar se hunde por su propia torpeza, criminalidad y las consecuencias de sus políticas antipopulares. La principal razon inmediata y desencadenante sin dudas fue la Guerra de Malvinas. También fueron los paros de la CGT, la resistencia política dentro de organizaciones sociales y la lucha de las organizaciones de los Derechos Humanos las que aportaron lo suyo.

El peronismo no es tan fatuo de creer que solo volteó al régimen militar, no, pero si recordar, como ya dijimos, que si se repasan la lista de los muertos y desaparecidos en esa etapa, encontraremos una inmensa cantidad de trabajadores y trabajadores, delegados de fábrica, sindicalistas, militantes sociales, dirigentes estudiantiles y barriales que eran parte del movimiento peronista. Todo el movimiento peronista fue considerado indiscriminadamente como un blanco de la represión ejercida por el Terrorismo de Estado.

Como anécdota recordamos a Saúl Ubaldini y su accionar, que como Secretario General de la Central Obrera, se destacó como emblema de la reorganización del peronismo y movilizó una serie de huelgas en repudio al régimen militar.

Asimismo, encabezó procesiones al santuario de San Cayetano en Liniers por “Paz, Pan y Trabajo”, en abierta oposición a la desindustrialización del país, y que fue detenido junto con más de mil manifestantes el 30 de marzo de 1982, en una movilización en Plaza de Mayo.

La presentación de Bittel

Es oportuno hoy también recordar a Deolindo Felipe Bittel, un representante o dirigente afín a un sector del peronismo que reiteradamente sufre ataques, muchas veces injustos, especialmente de los sectores de la izquierda antiperonista, en relación a los hechos acaecidos en aquellos días. 

Este hombre pudo manejar y conducir el peronismo durante los años de la dictadura militar y reclamar, en plena época de muertos y desaparecidos, por los Derechos Humanos, atreviéndose a firmar en 1979 - en su carácter de vicepresidente primero a cargo de la presidencia del PJ - el único documento que un partido político emitido abogando por los detenidos en forma clandestina e ilegal.

Y hemos elegido justamente fragmentos de este documento entregado por Bittel en 1979 ONU la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA para publicar en estos apuntes referentes a esta etapa. En el documento se podrá, fácilmente advertir el compromiso que el peronismo, en este caso institucional, se mantuvo en la lucha por los Derechos Humanos durante la última dictadura militar. El título de la misma fue: “El justicialismo denuncia la violación de los derechos humanos”, y en sus párrafos más destacados dice: 

“El Justicialismo, desde 1946, representa a la gran mayoría del pueblo argentino, sin que nada ni nadie hasta la fecha haya desvirtuado esta aseveración tantas veces confirmada como muchas veces nuestro pueblo distorsionado ser protagonista de la historia de la Patria a través de la consulta electoral...

No hemos de abundar en la descripción de nuestro movimiento político y de sus banderas. Pero cabe señalar que desde 1946 hasta la fecha en el Justicialismo se traducen las legítimas aspiraciones espirituales y materiales del hombre argentino.…

Nuestro concepto de Justicia Social, la idea de una sociedad igualitaria, ha afectado y continúa progresando el privilegio.… 

Nuestro concepto de la Independencia Económica, el manejo de nuestros recursos en función de los intereses nacionales, ha lesionado y lesiona el privilegio.….

Nuestro concepto de Soberanía Política, de que nadie puede subrogar al pueblo, también ha afectado y afecta al privilegio.…

Por todo esto, los beneficiarios de la situación actual, son y serán nuestros implacables adversarios. Y sostenemos que quienes se aferran al privilegio no encontrarán otra manera de mantenerlo sino solo mediante la violación sistemática de los derechos humanos.…

Los hombres del Justicialismo, los que ejercieron la primera magistratura de la Nación los que integraron el Poder Legislativo los magistrados y funcionarios del Poder Judicial de la Nación, los líderes políticos y sindicales, los docentes, las mujeres y la juventud, han sido el blanco de una represión indiscriminada. Y están los otros hacedores y fundamento de nuestro accionar y de nuestra historia: el obrero silencioso, el estudiante, el profesional, el empresario, en fin, los que trabajan con esperanza y creen que la Patria es un techo generoso que puede cobijar a todos . Tal vez esta creencia sea el delito que le asignan al pueblo.… 

No podemos aceptar que la lucha contra una minoría terrorista – de la que también hemos sido víctimas – se la quiera transformar en una excusa para implantar el terrorismo del Estado. “Dentro de la ley todo, fuera de la ley nada”, decía nuestro líder, el teniente general Juan Domingo Perón. Este concepto es el que ha regido nuestro gobierno y es el que exigimos se ponga en vigencia inmediata, porque no puede haber Doctrina de la Seguridad Nacional que esté por encima de la ley que debe ampar por igual a todos los ciudadanos. Aceptar cualquier otro criterio significaría transformar a la persona humana en simple objeto de los delirios represivos de las mínimas... 

Nosotros, hombres del Justicialismo, no hemos de permanecer impasibles, no hemos de hacer de nuestro silencio una conducta. Sentimos un imperativo, producto de nuestras convicciones y de nuestra larga y dura militancia en la causa de la Patria. En consecuencia, el dolor de una madre es nuestro dolor; el dolor de un hijo es también nuestro; el obrero al que le falta el pan y no permite decir lo que le falta, se hara voz en nuestras voces. Y esto nos compromete a asumir el dolor de aquellos que padecen la cárcel, a través de “actas”, “decretos” o “bandos” en las prisiones, embajadas, domicilios y confinamientos; y de los que padecen – y son millones – este exilio interior de la represión, el silencio y el hambre...

Hacer ese mundo mas justo significa, entre otras cosas (…) que no haya injusticia y desigualdad en la impartición de la justicia; que no haya nadie sin amparo de la ley y que la ley ampare a todos por igual; que no prevalezca la fuerza sobre la verdad y el derecho, sino la verdad y el derecho sobre la fuerza; y que no prevalezca jamás lo económico ni lo político sobre lo humano…

Por ello, el Justicialismo DENUNCIA:… la muerte y/o desaparición de miles de ciudadanos, lo que insólitamente se pretende justificar con la presunción de fallecimiento, que no significa otra cosa más que el reconocimiento de quienes se han atrevido o se atreven a levantar su voz y que han llevado o llevarán como “pena” desde un silencio impuesto, hasta la muerte” .

 
Walsh y la cuestión económica
El otro texto que hemos elegido para interpretar este período histórico es la Carta abierta de Rodolfo Walsh a la Junta Militar (1977). 

Rodolfo Walsh nació en Río Negro en 1927 y fue asesinado en Buenos Aires en 1977 por un Grupo de Tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Fue escritor, periodista, traductor y autor teatral. Fundó en Cuba la agencia de noticias Prensa Latina, en 1959 y en 1976 creó la Agencia Clandestina de Noticias (ANCLA). Esta Carta Abierta a la Junta Militar de Rodolfo Walsh es, ciertamente, un texto histórico. Ampliamente conocido, instamos a los compañeros y compañeras que aún no la han leído a que la lean. Su lectura y estudio es una tarea militante para todo ciudadano argentino. 

En función de este resumen y para una mejor comprensión del Golpe de 1976 transcribimos algunos fragmentos de esa carta que consideramos esclarecedores:

"En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada".

"En un año, la dictadura:

Ha reducido el salario real de los trabajadores al 40% y disminuido su participación en el ingreso nacional del 50% al 30% del PBI.

-Se ha elevado de 6 a 18 horas la jornada de trabajo que necesita un obrero para pagar la canasta familiar, realizando la desocupación al doble, prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, retrotraído las relaciones de producción a los comienzos de la era industrial.

-El consumo de alimentos ha disminuido el 40%, el de ropa más del 50%, el de medicamentos ha desaparecido prácticamente en las capas populares.

-Hay zonas del Gran Buenos Aires donde la mortalidad infantil superaba el 30%, cifra que nos iguala con Rhodesia, Dahomey o las Guayanas; enfermedades como la diarrea estival, las parasitosis y hasta la rabia en que las cifras trepaban hacia marcas mundiales o las superan.

-El descenso del producto bruto era del 3%, la deuda exterior alcanza los 600 dólares por habitante, la inflación anual al 400%, un aumento del circulante que en solo una semana de diciembre llegó al 9%.

-Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire oa Chile, a Uruguay o Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconocía como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora financiera y un grupo selecto de monopolios internacionales encabezados por la ITT, la Esso, las automotrices, la USSteel y la Siemens".